En la imagen el Dr. Javier Álvarez, jefe de Psiquiatría del Hospital de León e impulsor del proyecto Fundación Nuevapsiquiatría
Su objetivo es desmedicalizar las enfermedades mentales y buscar apoyos sociales y educativos para prevenir el desarrollo de patologías desde la infancia
Su proyecto está consiguiendo el respaldo de afectados, familiares profesionales sanitarios y simpatizantes de toda España
También empiezan a llegar adhesiones desde otros países, como Argentina, México, Venezuela, Chile, Bélgica, Italia, Andorra, Japón…
Ya he comentado con anterioridad que ha sido la impotencia ante lo que estoy viviendo en primera persona, como familiar de una persona con diagnóstico psiquiátrico (y su correspondiente tratamiento con psicofármacos que desde luego no lo ha curado de nada pero sí lo ha convertido en un drogodependiente), lo que me ha impulsado a iniciar en este blog una serie de posts dedicados al área de la Psiquiatría.
Este blog Lo que podemos hacer, ha ido tomando algo de la forma de mi propio trabajo por «autodespertar».
Desde él, la tarea de hormiguita que me he autoasignado ha sido la de intentar contribuir, primero, a la comunitaria tarea de demoler los viejos paradigmas (en cualquier área) y, simultáneamente, la de mostrar, en la pequeña medida de mis posibilidades, la de los nuevos que, en todas partes, pugnan por crecer y desarrollarse.
Para dar forma a esa polaridad básica y su unión en una nueva comprensión, el blog se ha ido articulando en tres series con estos títulos: El Avance de la NADA, Creando la Nueva Realidad y Uniendo los Opuestos, en alusión a los dos opuestos polares que dan lugar a toda manifestación, y su inseparable unidad más allá de las apariencias.
Bajo el epígrafe El Avance de la NADA se reúnen los aspectos de la realidad que ahora estamos comprendiendo corresponde a un modelo agotado. Aquello que sirvió pero que ya no sirve – viejo paradigma-, y que debe ser desechado para posibilitar la emergencia de modelos más acordes a las nuevas comprensiones de la realidad.
A este modelo agotado en el área de la Psiquiatría he dedicado los tres posts anteriores:
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El Avance de la NADA (39) Desenmascarando el dogma de la Psiquiatría biológica (1)
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El Avance de la NADA (40) Desenmascarando el dogma de la Psiquiatría biológica (2)
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El Avance de la NADA (41) Desenmascarando el dogma de la Psiquiatría biológica (3)
El presente post, de la serie Uniendo los Opuestos, está dedicado a dar a conocer un movimiento que está empezando ahora a crecer, y al que me he sumado como colaboradora, con el deseo y la esperanza de que, por el bien de la salud físico/mental de todos, lo haga con mucha fuerza.
Se llama Nueva Psiquiatría, y su alma máter, es el psiquiatra Javier Álvarez, jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital de León.
Él está ahora haciendo un llamamiento a la sociedad en general: afectados, familiares, profesionales y a todas las personas interesadas.
Con este post quiero aportar mi granito de arena para divulgar la existencia del movimiento por la Nueva Psiquiatría.
Estamos aprendiendo que crisis y caos no son necesariamente negativos. La crisis es también una oportunidad. El caos esconde su propio orden. La dirección que tomen las cosas depende de cada uno de nosotros. De nuestra elección.
Pero para poder elegir hay que tener opciones. Nueva Psiquiatría, el enfoque que el Dr. Álvarez promueve, aporta, precisamente una vía alternativa al dogma imperante.
El post contiene:
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Un artículo publicado en El Diario de León: «Los estigmas inventados», en el que se explica el objetivo del proyecto.
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Un artículo del propio Dr. Álvarez – extraído de su web – «Mi primer contacto con la psiquiatría».
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El muy interesante documental «El camino de la esquizofrenia», dirigido por Abi Alberto sobre una idea original del Dr. Javier Álvarez
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Y una conferencia del Dr. Álvarez sobre la Hiperia, en la que explica su modelo psiquiátrico, un nuevo paradigma que aboga por la desmedicalización de muchos trastornos psiquiátricos
Los estigmas inventados
Por Carmen Tapia
a
El jefe del servicio de Psiquiatría del Hospital de León, Javier Álvarez, impulsa desde León la creación de una fundación para renovar el modelo de atención psiquiátrica nacional que permita frenar el número de diagnósticos de esquizofrenias y enfermedad bipolar y desmedicalizar drásticamente a los pacientes.
El modelo de atención que promueve Álvarez desde León circula ya por las redes especializadas. La revista Health ha publicado ya dos artículos suyos sobre la hiperia, un término de la nueva psiquiatría que propone que muchas de las vivencias psiquiátricas automáticas, como las ‘crisis de despersonalización’, determinadas alucinaciones o vivencias delirantes súbitas, podrían ser de naturaleza fisiológica de carácter normal. Es decir, de entrada no son enfermedades mentales aunque pueden llegar a serlo.
Este cambio supone una provocativa propuesta en la que trabajan ya varios especialistas en España y que supondría un cambio revolucionario en el modelo actual del tratamiento psiquiátrico. «El cambio de la hiperia es que si estas manifestaciones son cogidas a tiempo, en la infancia, se puede enseña a los niños a entender ese proceso e integrarlo como algo positivo en su personalidad», explica el psiquiatra. Es un modelo psiquiátrico innovador a nivel asistencial y conceptual».
Para conseguir este objetivo, Álvarez se ha movilizado en las redes especializadas para buscar grupos de apoyo en todas las provincias del país. Psiquiatras, psicólogos, pedagogos, enfermos y científicos se hacen eco ya de esta propuesta. «El 80% de las esquizofrenias que se diagnostican no lo serían si se siguieran los criterios propuestos por Eugen Bleuler, que en 1912 acuñó el término de esquizofrenia». Según este criterio, sólo el 20% de las personas diagnosticadas con esquizofrenía lo son realmente. Una realidad que asusta a los profesionales. «Es posible otro diagnóstico que no lastre al paciente y no sea tan estigmatizante».
Ahora, la fundación busca apoyos para mejorar y renovar el modelo psiquiátrico asistencial. «Hacer prevención primaria para impedir que los niños sean psicóticos en la edad adulta», defiende Álvarez. Y para conseguirlo «hay que trabajar con Educación y los equipos psicopedagogos para impedir que esas manifestaciones que se pueden dar ya en la infancia y adolescencia se puedan convertir en una enfermedad. Necesito tener en cada provincia un grupo de personas que colabore para dar un enfoque menos farmacológico a la enfermedad mental, que tanto ha aumentado»
Las propuestas de Álvarez y la coordinación de los dispositivos psiquiátricos, educativos y sociales que impulsa desde el Hospital de León han traspasado ya las fronteras y han llegado a oídos de los más prestigiosos especialistas de psiquiatría de Japón, que se han puesto en contacto con la Gerencia del Hospital de León para concertar una visita y conocer el funcionamiento de la asistencia en el centro universitario leonés. Los responsables de la Asociación Nacional de Hospitales Psiquiátricos de Japón quieren conocer el modelo de asistencia que se utiliza en el Hospital de León.
«La gerencia y la dirección del Hospital de León, así como el servicio de Psiquiatría, están muy ilusionados ante el hecho de que una asociación de tanta relevancia científica y prestigio internacionales como la que goza la Asociación Japonesa de Hospitales Piquiátricos —Nisseikyo en japonés— haya escogido nuestro Hospital y nuestro servicio de Psiquiatría solicitando una visita», explica Álvarez, que destaca el apoyo constante de los responsables del hospital a la puesta en marcha de nuevas alternativas terapéuticas «como la externalización y en la reinserción de los crónicos hospitalizados». El Hospital de León fue uno de los primeros en incorporar a trabajadoras sociales a los equipos de salud mental.
Fuente: Diario de León
Mi primer contacto con la psiquiatría
Javier Álvarez
Mi primer “desencuentro” con la psiquiatría, se produjo hace ahora poco más de cuarenta años, en la primavera de 1973, cuando yo era todavía «alumno interno» del Servicio de Psiquiatría.
Tal como los recuerdo, los acontecimientos se desarrollaron de la siguiente manera: un niño de unos doce años es traído por sus padres a la consulta. El problema fundamental es que el chaval llevaba unos quince días triste, dormía mal, había disminuido su rendimiento escolar, apenas salía con los amigos y se pasaba los días en casa solitario y, a menudo, llorando.
La primera entrevista con la psiquiatra infantil, la única a la que yo tuve oportunidad de asistir, se desarrolló en estos términos:
– “¿Qué te pasa?”.
– “Estoy muy triste porque a las afueras de mi aldea hay máquinas excavadoras que están abriendo la caja para construir una nuevas carretera”, respondió el niño
– “¿Y por qué te entristece eso?”, preguntó ella.
– “¡Es que no se da cuenta!”, exclamó el chaval con cierto tono de reproche: “¡ese desmonte será la muerte segura de miles de animales que habitan en ese bosque”!
– “¿Y ese es el motivo de tu tristeza?”, inquirió de nuevo la doctora.
– “¡Claro!”, respondió secamente él.
– “¿Tanta importancia tiene para ti la vida de esos animales?”
– “¿Pero no lo comprende?”, respondió ahora con tono más animoso: “Estamos en verano y hay miles de pájaros empollando en sus nidos… miles de pequeños mamíferos que están precisamente ahora alimentando a sus crías en las madrigueras…»
El niño se entusiasmaba a medida que iba relatando, con detalle, las diferentes especies de animales que constituían la fauna del bosque de su pueblo. Pero enseguida volvía a echarse a llorar, lamentándose de que todas esas vidas iban a ser exterminadas.
Nosotros, tanto la psiquiatra infantil y como los médicos residentes y alumnos de psiquiatría que la acompañábamos, escuchábamos el relato con cierta perplejidad.
No hay que olvidar que estos hechos sucedían en las postrimerías de la Dictadura Franquista, cuando en España no existía todavía la sensibilidad que puede haber hoy hacia los animales, y muchas personas presumían todavía de maltratarlos.
A partir de esa primera entrevista dejé de seguir su historia pues el caso lo llevaban directamente Psiquiatría Infantil, sección a la que yo no estaba adscrito.
La siguiente vez que volví a verlo me encontré sujetándole la pierna izquierda, mientras otros cuatro compañeros hacían otro tanto con la derecha, cada uno de los brazos y la cabeza del chaval. Él estaba tendido en una camilla y se le iba a aplicar un electroshock.
En aquella época todavía no se usaba la actual denominación de terapia electro-convulsiva (TEC), ni se aplicaban anestésicos ni miorrelajantes. Por tanto, para evitar una posible fractura ósea a causa de las violentas convulsiones musculares que desencadenaba la descarga eléctrica cerebral, era necesario sujetar bien todo el cuerpo del niño.
Nunca olvidé aquella mirada que nos dirigía, que parecía decir: “¿Pero cómo me hacéis esto?” Entretanto, el psiquiatra encargado del TEC le introducía un mordedor de goma en la boca, pidiéndolo que lo sujetara con fuerza entre sus dientes, para así evitar que con la contractura tónica inicial se partiera la lengua.
Nunca podré olvidar esa escena. Nunca podré olvidar a ese niño. He pensado en él cientos… miles de veces a lo largo de mi vida. ¿Qué habrá sido de él? ¿Sería realmente una psicosis, como se le diagnosticó en aquel momento, o habría quedado todo en un simple acceso de “filozooia” que pudo superar por sí mismo sin más consecuencias?
Sé que parece inconcebible que, por el mero hecho de ser sensible al sufrimiento de los animales, se le haya diagnosticado una psicosis a ese niño y se le haya aplicado tratamiento con TEC. Posiblemente habría otros síntomas que justificasen tal diagnóstico y tal tratamiento, síntomas que mi recuerdo deformado por el paso del tiempo habrá sepultado en el olvido.
Sí, probablemente la memoria que guardo de aquel acontecimiento es sesgada. Pero han pasado cuarenta años y todavía no dejo de recordar aquella mirada, mezcla de petición, miedo y reproche…
Lo arriba relatado no significa que yo sea contrario al uso de la TEC. Mi posición al respecto aparece claramente expresada en el apartado “Principios terapéuticos” de la sección “Corpus” de NUEVAPSIQUIATRIA.
Lo que me ha venido remordiendo durante estos cuarenta años es, y ese es el motivo de este relato, el no haber tenido valor para levantar la voz y decirle a todo el grupo: “¿Os habéis vuelto locos? ¿No deberíamos comenzar con otro tratamiento menos traumático, menos… agresivo?”
Fuente: Nueva Psiquiatría
El camino de la esquizofrenia
Frente al actual modelo psiquiátrico, lleno de inconsistencias y debilidades que generan importantes perjuicios a los llamados «enfermos psiquiátricos», y frente a la laudable pero infructuosa propuesta antipsiquiátrica del segundo tercio del pasado suglo XX, Nuevapsiquiatría postula desde hace años une tercera vía, basada en dos principios fundamentales:
1º) Ninguna manifestación psicopatológica, por extraordinaria que parezca, constituye por sí misma un trastorno psiquiátrico, a no ser que acabe condicionando lo que Laín Entralgo denomina «un modo de vida mórbido».
2º) Es necesario abolir, como han hecho ya algunos estados Occidentales, la defensa legal por enfermedad mental pues sólo determinados cuadros neurológicos tales como las demencias avanzadas, las oligofrenias profundas o los síndromes cerebrales que cursan con franca disminución de la conciencia impiden al sujeto distinguir entre el bien y el mal y/o anulan su voluntad para actuar en consecuencia. Por tanto, ningún trastorno psiquiátrico puede alegarse como causa atenuante o eximente frente a una conducta criminal.
Con estos dos solos principios se pone fin al 90% de los males que conlleva el actual modelo psiquiátrico, muy especialmente los tratamientos involuntarios y/o forzosos.
Esta película es sólo una actividad más de las que viene realizando Nuevapsiquiatría:http://www.nuevapsiquiatria.es
HIPERIA:
Un nuevo paradigma por la desmedicalización de muchos trastornos psiquiátricos
El doctor en psiquiatría Javier Álvarez viene investigando y proponiendo un modelo que implica la casi completa desmedicalización de muchos de los llamados actualmente trastornos psiquiátricos. Un nuevo modelo psiquiátrico que viene investigando y proponiendo desde hace años y que ha llamado HIPERIA.
El Dr. Javier Álvarez es médico psiquiatra con 37 años de ejercicio en el Sistema Nacional de Salud. Se licenció como médico y en 1976, tras tres años de formación en el Departamento de Psiquiatría de la Cátedra de Psiquiatría de Santiago de Compostela, bajo la dirección del Profesor Demetrio Barcia Salorio, obtuvo el Título de Especialista en Psiquiatría.
Desde entonces, y hasta el uno de junio de 2008, desarrolló su ejercicio profesional como psiquiatra clínico en el Complejo Asistencial Universitario de León. Desde esa fecha es Jefe del Servicio de Psiquiatría en dicho Hospital. Han sido treinta y dos años dedicados, fundamentalmente, a atender enfermos psiquiátricos, y considera esta experiencia clínica como su principal acervo profesional: de nadie ha aprendido tanto como de sus pacientes, especialmente de los llamados “psicóticos”.
Después de investigar la vida y las obras de los mas grandes filósofos, artistas, escritores, místicos… nos damos cuenta que en sus obras explican situaciones que hoy en día calificaríamos de transtornos psiquiátricos, tales como la epilepsia, la bipolaridad, el transtorno maniaco-depresivo o las alucinaciones.
El Dr. Javier Álvarez defiende que estos transtornos son algo natural e intrínseco del ser humano que nos permiten acceder a conocimientos y experiencias que si los tratamos como enfermedades mentales y los medicamos privarían al mundo de tales conocimientos, estaríamos privando al mundo de esos grandes genios de su inspiración y creatividad.
Ojala esto lo hubiera conocido hace unos años porque de esta manera, mi hijo y nosotros, no hubiéramos sufrido tanto, principalmente mis hijo.
Gracias a Javier por lo que intenta y deseo que lo consiga y que de alguna manera llegue la ayuda y el apoyo que necesita mi hijo
Hola Azu,
La cuestión es que lo que está intentando Javier no lo va a conseguir solo. Es importante la colaboración de todas las personas que consideremos que su propuesta es importante. Seguro que tú y tu hijo también podéis hacer mucho. Sería bueno que entrarais en contacto con Nueva Psiquiatría y os pudierais dar de alta como colaboradores.
¿De dónde escribes? Lo pregunto por si estamos cerca…
Un saludo
Poco se puede esperar de la psiquiatría moderna cuando descatalogo la homosexualidad como trastorno pro presiones políticas e ideológicas procedentes del lobby gay yanqui.
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Me encantó leer de que hay una atención diferente por parte de algunos especialistas como el doctor Alvarez en aquellos casos de pacientes proclives al misticismo reconociendo que hubo en epocas pasadas persecuciones a quien siendo afectados por trastornos bipolares padecieron hasta encarcelamientos y torturas como es el caso de San Juan de la Cruz.. En la ciudad donde viví circulaba un dicho bastante feo que la indicaba como la ciudad de las tres p: putas, pimientos y pazzi es decir locos. Hubo un famoso manicomio ahí que luego cerró cuando la ley lo dictó y me acuerdo de la circunspección con la que pasando por este lugar mirabamos a su parque y a los que nos sonreían y saludaban desde dentro en sus momentos de descanso.
Pasando los años en otra realidad geografica soy afectada y estoy absolutamente convencida de que necesitamos a la vez atención medica y espiritual para quien lo desee. El motivo de esta mia afirmación reside en el hecho de que la fe ayuda a quién la tiene estamos ahí todo de acuerdo pero a quien no la tiene? hay que difundir esa cualidad de la hipería porque se yo entento explicar a un no creyente mi perceccíon de las imagenes sagradas cuando entro en una Iglesia por ejemplo quien la entiende sino yo que la vivo? si digo que estas mismas imagenes son para mi motivos de orientación en episodios comprobados de clarividencia a quién se le ocurre creerme sin pensar que estoy loca? la oración es un medio para dialogar con Dios,luego la mistica es otra cosa que puede ayudar aun mas a conducirse por la vida de forma sabia, realista y productiva. Yo creo que eso es importante y como no puedo dar que testimonianza de ex drogdependiente me siento ya bastante satisfecha de haber salido de esa carcel y tener fe.
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