Con este post inicio una serie que he titulado Cambiando la mente. En ella incluiré aquellas iniciativas que están funcionando en algún lugar del mundo.
Si funcionan en algún lugar, hay que pensar que pueden funcionar en otros… con las consiguientes adaptaciones. Seguramente, hasta ahora habríamos pensado que una iniciativa como la Escuela de los Descalzos, a la que se dedica este post, creada en la India por Bunker Roy, y que ha resultado un éxito con las castas más bajas, sólo sería aplicable allí.
Salir de la situación de estancamiento social en la nos encontramos va a requerir, ineludiblemente, un cambio en la manera de concebir las cosas.
Para empezar, vamos a necesitar humildad para reconocer que no lo sabemos todo… o, incluso para entender que, ante un cambio tan rápido y radical de las circunstancias externas como el que debemos afrontar, lo que creemos que sabemos tengamos que revisarlo y resetear.
Un cambio de mente que empezará por reconocer que muchas de nuestras ideas y enfoques de cómo son los cosas han quedado obsoletos, y que seguir manteniéndolos solo puede perjudicarnos.
La capacidad de adaptación, la flexibilidad mental, la capacidad de aprender de otros… por ejemplo, de aquellos que, porque han vivido de una manera mucho más precaria en lo material, han desarrollado unas soluciones creativas mucho más baratas y eficientes que las nuestras. Todas estas cualidades nos van a ser muy necesarias en los momentos actuales.
Por eso, propongo mirar con nuevos ojos cualquier solución que esté resultando un éxito esté donde esté. Y creo que de la Escuela de los Descalzos podemos aprender mucho. Por eso la traigo hoy aquí.
Lo que hace falta es organizarse para explotar el potencial y sabiduría que pasan de generación en generación.
Sanjit Roy