
Derechos y obligaciones
Vivir como ser humano en este planeta conlleva unos derechos y unas obligaciones. Derechos y obligaciones que nos comprometen tanto a nivel individual, como familiar y social.
Quizá, dicho así, puede parecer una cosa obvia, algo que todo el mundo tiene claro y sobre lo que no hace falta insistir. Pero creo que, en la práctica, es algo que no es tan obvio. Mirar para otro lado, echar las culpas fuera, criticar a los políticos y a las instituciones es una reacción frecuente. Una reacción comprensible en un inicio, pero totalmente insuficiente, infantil e inmadura si se mantiene en el tiempo, sin que vaya acompañada de una modificación de los propios comportamientos.
Hay mucho trabajo por hacer en este momento social que nos corresponde afrontar. Una realidad social que no es sino el producto final, la manifestación en lo denso, de nuestras acciones/inacciones colectivas anteriores.
Estamos tomando conciencia ahora de que los políticos a los que hemos estado votando y los gobiernos de los que forman parte NOS HAN VENDIDO. Y que nos encontramos solos ante el peligro. Y en realidad, peor que solos, ya que lo que estamos es muy mal acompañados…
Poco a poco estamos descubriendo, con meridiana claridad, que nos hemos confiado demasiado. Que hemos delegado en otros nuestras obligaciones. Que hemos confiado en supuestos “expertos” unas decisiones que nunca hubiéramos debido delegar. Pero lo hicimos…
Comprender nuestro papel en el cambio que necesitamos crear
“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”. Esta corta frasecilla es, en sí misma, un magistral y diminuto relato de Augusto Monterroso.
Como el protagonista del relato, al empezar a despertar de nuestra hipnosis colectiva, descubrimos que nuestro dinosaurio particular no se ha evaporado al terminar el sueño, sino que sigue fomando parte de la realidad. Lentamente, comenzamos a procesar que la macrocrisis sigue estando aquí, y que parecer tener vocación de permanencia.
Desde este blog, y también en mi día a día con todos aquellos que me lo permiten, llevo un tiempo repitiendo lo mismo: tenemos el derecho PERO TAMBIÉN LA OBLIGACIÓN MORAL, de saber lo que se nos está ocultando. Y es que lo que se nos está ocultando resulta ser una información que tiene el potencial de alterar profundamente nuestra concepción de la realidad y, como consecuencia, la comprensión de nuestro papel en ella.
Este post contiene un documental excepcional: LA GUERRA QUE NO VES, realizado por John Pilger, un periodista independiente, con una larga y muy honesta trayectoria de investigación.
Querer saber: un signo de madurez
Pero ver LA GUERRA QUE NO VES, y otros muchos de los documentos y trabajos que pueden hacernos despertar, no es algo fácil ni cómodo. Lo digo desde ahora. Por eso, hay que apelar a la obligación de querer saber. Actualmente, la nuestra es una sociedad deliberadamente infantilizada, en la que los niños que la integran acostumbran a coger una rabieta cada vez que alguien les recuerda que ha llegado el momento de ser mayores, y de comportarse como tales. Es decir, que deben dejar de elegir sólo uno de los dos polos que conforman la vida…
Así, solo desde un ejercicio consciente de asunción de obligaciones, es cuando uno decide empezar a dedicar su tiempo a ver cosas que le van a incomodar. Es un ejercicio que solo se puede hacer desde la madurez y la adultez. Es seguro que nuestro niño malcriado elige, para el fin de semana y los ratillos libres, seguir viendo otras cositas mucho más entretenidas y mucho más falsas. Y es gracias a eso, que las elites corruptas seguirán pudiendo hacer lo que están haciendo. Pero si muchos niños malcriados deciden que ha llegado el momento de hacerse mayores, esas mismas elites lo tendrán mucho más difícil. O imposible.
Por todo lo dicho, desde este blog Lo que Podemos Hacer, invito a quien esté leyendo estas líneas a que asuma su derecho a saber y también su obligación de querer saber lo que hay detrás de tanta manipulación, y a que se reserve el tiempo suficiente, los 96 minutos que dura, para ver completo este excelente documental LA GUERRA QUE NO VES, que le va a hacer cambiar muchas falsas ideas de lo que NOS ESCONDEN detrás de todas las guerras.
La cita que se incluye a continuación de un personaje tan poco conocido, y a la vez tan clave para entender nuestra sociedad actual, como es Edward Bernays, sintetiza muy bien una parte muy importante de lo que permanece oculto a plena luz del día, y cuya comprensión puede sernos de gran ayuda en el arduo camino de «hacernos mayores».

La manipulación consciente e inteligente de los hábitos organizados y opiniones de las masas es un elemento importante en una sociedad democrática. Aquellos que manipulan este mecanismo oculto de la sociedad constituyen un gobierno invisible el cual es el verdadero poder gobernante del país.
Estamos siendo gobernados, nuestras mentes moldeadas, nuestros gustos formados, nuestras ideas sugeridas principalmente por hombres de los que nunca hemos escuchado…
En casi cualquier acto de nuestras vidas, sea en la esfera de la política, de los negocios, en nuestra conducta social o en nuestro pensamiento ético, estamos dominados por un número relativamente pequeño de personas que entienden los procesos mentales y los patrones sociales de las masas. Son ellos quiénes manejan los hilos que controlan la opinión pública”
Edward Bernays – “Propaganda” 1928
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