Este post se podría haber titulado de muchas maneras, y enfocado así mismo de otras tantas. Pero finalmente, he decidido titularlo así: Alan Stivelman: el interesante devenir de una crisis existencial.
Podría muy bien haberse centrado en el éxito del documental del que Alan Stivelman es realizador, y que ha llevado su nombre por todo el mundo: HUMANO. Sudamérica renace. Una película insólita por muchas razones. Fundamentalmente, porque ha roto cualquier idea previa respecto a lo que, hasta ahora, se ha entendido por hacer cine.
Pero hablar sólo del documental, no explicaría el porqué de su éxito, del impacto que ha tenido, los caminos que ha abierto, y que sigue abriendo, ni de cómo es posible que sin ideas previas, sin guión, sin dinero y sin ninguna de las largas planificaciones, complicadas tecnologías y enormes inversiones económicas que se consideran imprescindibles para realizar cualquier producto cinematográfico, el documental de Alan Stivelman haya logrado un impacto tan importante en el saturado mundo que habitamos.