Las Grandes Ausencias del documental
The Big Reset Movie
por Carme Jiménez Huertas y Alìcia Ninou
Cuando vimos por primera vez el documental The Big Reset Movie, nos produjo una desconcertante reacción de desagrado. Hubiéramos olvidado esa sensación, aparcando el asunto, si no fuera porque empezamos a recibir el enlace al vídeo a través de amigos y contactos de los que considerábamos despiertos. ¿Cómo era posible que los que se autoproclaman disidentes se lo hubieran creído? Bueno, no se puede decir que lo que en él se plantea sea falso, todo lo contrario. Lo que sucede es que han apostado por sólo una parte de la realidad y faltan partes importantísimas de la verdad. Hay Ausencias en mayúsculas que no son casualidad. Y conviene preguntarse por qué. De hecho, habíamos visto fragmentos de las entrevistas –utilizados en la etapa de promoción del entonces futuro documental– que parece que han sido recortados como si se hubiera descafeinado la denuncia y como si todo el documental hubiera sido ponderado y repensado. También nos dimos cuenta de que el documental no estaba dirigido al público en general, sino específicamente a la disidencia. El objetivo era inocular un determinado primado negativo entre los supervivientes de la guerra psicológica aplicada de modo despiadado durante dos años. La agenda sigue en marcha. Por eso es tan importante desmembrar a la resistencia con un documental que acabaría provocando un conflicto entre la disidencia. ¡Cuidado! ¡Van a por nosotros! ¡Quieren enfrentarnos! Esa constatación nos animó a escribir este artículo con algunas consideraciones. Por favor: dejad de reenviar el enlace al documental. En estos momentos, difundirlo es servir al enemigo. Vamos a intentar explicar por qué.