Este blog nace desde una asunción básica. Parte de la convicción de que estamos viviendo un momento crítico en la historia de la Humanidad.
Se trata de un momento en el que estamos decidiendo (y es clave entender el peso del verbo decidir en este contexto) el rumbo de los acontecimientos; nos encontramos justo al frente de una bifurcación que conduce a dos escenarios bien diferentes. Desde la teoría de sistemas, Ervin Laszlo y otros importantes autores han descrito esos dos escenarios en detalle.
Uno de ellos, involutivo, en el que, a nivel mundial escasean los recursos, las epidemias se extienden, crece la devastación medioambiental, proliferan los conflictos armados globales con uso de armas de destrucción masiva. Un escenario en el que un tercio de la población humana se encuentra sin hogar, dos tercios carecen de alimentación adecuada y de agua potable, y en el que la desesperación humana alcanza unas dimensiones sin precedentes.
El otro es un escenario evolutivo, en el que la cooperación y el diálogo reemplazan a los conflictos internacionales, en el que se produce la reforma mundial de estructuras corporativas y gubernamentales, se desarrollan programas de energías renovables, se instauran relaciones pacíficas entre las naciones. Un escenario en el que el sistema de mercado, creado de forma consensuada y coordinado globalmente, comienza a funcionar y se produce una distribución más equitativa de los recursos.
La fuerza motriz que se halla detrás de la puesta en marcha de este blog tiene que ver con el convencimiento profundo de que estamos ahora mismo viviendo el momento crucial en el que hemos de decidir cuál de esos dos futuros elegimos.
Pero hay otro convencimiento asociado, de forma inseparable, con el anterior: el de que el futuro no está creado.
De ninguna manera pensamos que el futuro es un destino ineludible impuesto a la Humanidad por dioses injustos o vengativos. De ninguna manera asumimos tampoco que el futuro es un producto del azar.
Al igual que la salud, la felicidad o la paz a nivel individual no es algo que le sucede al ser humano, o le cae del cielo, sino que es el producto de sus elecciones y decisiones, de su valentía, de su audacia para afrontar obstáculos, tampoco la felicidad o la paz del planeta está desvinculada de nuestras elecciones y decisiones, sino que se va forjando desde nuestros acciones o inacciones como individuos, desde nuestra responsabilidad o la ausencia de ella.
Los diferentes futuros que pueden sobrevenir dependen exactamente de nosotros, y en el momento temporal que estamos viviendo eso es más claro que nunca.
Justo es reconocer que la tarea a la que nos enfrentamos como Humanidad requiere un esfuerzo extraordinario en el que vamos a necesitar toda nuestra creatividad para encontrar soluciones a los gravísimos problemas a los que nos enfrentamos.
La principal dificultad de la tarea radica en su propia naturaleza: se trata de conseguir un cambio de mente –una metanoia-, puesto que si seguimos insistiendo en las soluciones ya ensayadas, volveremos a cosechar los mismos resultados indeseados.
Vencer el individualismo extremo al que hemos llegado en nuestras sociedades va a ser nuestro gran reto. Teniendo en cuenta el creciente nivel de presión externa al que vamos a estar sometidos, es posible que podamos descubrir que las diferencias individuales no pueden seguir siendo un problema, sino que son, en realidad, nuestro gran tesoro: lo que nos hace complementarios, y, por tanto, lo que nos puede reunir y coordinar para conseguir toda la fuerza que necesitamos.
Desde estas convicciones profundas es desde donde se perfila el objetivo de este blog: “LO QUE PODEMOS HACER”… Tenemos claro que no queremos una vuelta atrás por haber vuelto a suspender la lección. Por eso nos hemos propuesto alinearnos con todos aquellos que quieren lo mismo que nosotros. Queremos hacer que suceda, que se manifieste, un escenario de progreso para todos. Y por eso, desde aquí nos proponemos buscar y mostrar todo lo unitivo, evolutivo y creativo que ya está emergiendo.
Elevar nuestra mirada, nuestra vibración, para adquirir una visión de conjunto, y mantener un estado de ánimo alto, con la mirada puesta en el objetivo va a ser esencial.
Juan Salvador Gaviota, esa gaviota aventurera y arriesgada -a la que rastrear sólo por el alimento es un objetivo que se le queda muy pequeño, y que necesita otras miradas y otros rumbos- es uno de esos héroes que, en momentos como el presente, nos hacen recordar que no estamos solos en nuestras búsquedas por la Noosfera.
Por eso, imágenes como las del video y la banda sonora que compuso Neil Diamond nos hacen más fácil remontar el vuelo…
De la película Juan Salvador Gaviota
(banda sonora de Neil Diamond)
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