EN OCASIONES, LA FICCIÓN SE VE SUPERADA POR LA REALIDAD
Entrevista a la ministra de Sanidad, Consumo y
Bienestar Social de Españistán
DR. JUAN GÉRVAS
Españistán es un país europeo extraño, sub-pirenaico, habitado por españistanes. La ministra de Salud lo es de Sanidad, Consumo y Bienestar Social. Es un puesto que suelen ocupar mujeres, que habitualmente duran poco en el cargo. Si lo han hecho bien, como la ministra de la “gripe” (la gripe A, de 2009-10), al cesarlas reciben de consolación un puesto en el Consejo de Administración de Telefónica.
Esta es la transcripción de la entrevista en TeleSiete que consiguió el máximo de la audiencia cuando se emitió. Fue entrevistada por la más aguerrida y joven periodista de dicha cadena, Audaz Valiente.
Audaz Valiente (AV).– Buenas noches, señora ministra. Gracias por venir a nuestro estudio y por aceptar una entrevista sin guión pactado, en vivo y en directo.
Ministra.- Es un placer poder transmitir a toda Españistán el compromiso del Gobierno de la Nación con la mejor salud. Queremos evitar la enfermedad y para ello convertiremos la prevención en el eje de nuestra acción política. También queremos parar a las pseudociencias que tanto daño hacen.
AV.- Ministra, precisamente esa es cuestión que preocupa en Españistán como ningún otro problema de salud pública. ¿Cree usted que las medicinas alternativas y complementarias están atentando contra la salud de la población?
Ministra.- Mire usted, no hablo de medicinas alternativas y complementarias porque sólo hay una medicina, la que funciona. Las pseudociencias son lo peor de lo peor. Ahí está esa paciente en Girona con cáncer de mama, la de Rosa que murió por renunciar a la quimioterapia, el estudiante de Física de Valencia, el niño de Italia con otitis… El abandono de tratamientos efectivos y el gasto económico por parte de los pacientes (o del sistema sanitario) entre otros, constituyen por sí mismos efectos secundarios al uso de las pseudociencias que pueden tener efectos devastadores en los enfermos.
AV.- Veo que lee usted y está al día de la sección de sucesos, con sus macabradas, pero ¿su política llegará hasta Italia?
Ministra.- Por supuesto. Emplearemos todo el poder del Gobierno para influir en la Comunidad Europea y más allá, hasta la Organización Mundial de la Salud. Este asunto es central: el problema más importante de la salud pública en el mundo. Si se nos va de las manos puede afectar a millones de personas. Hay que actuar con rapidez y valentía.
AV.- Sí, es llamativo que la Organización Mundial de la Salud promueva el uso de las medicinas alternativas y complementarias y que considere problemas principales de salud el hambre y la malnutrición, la contaminación y el cambio climático, la tuberculosis y las resistencias a los antibióticos… Pero, volviendo a España ¿podría dar un nombre, alguien que le preocupe especialmente?
Ministra.- [Mirando a las cámaras directamente y cambiando el tono de conversación a solemnidad y recitación]
“Pueden estar seguros de que el agricultor Josep Pàmies tiene armas de destrucción masiva. Es el enemigo número uno de la salud en Españistán”.
AV.- Perdón, ministra. Me ha recordado a José María Aznar hablando sobre Irak, y mintiendo. ¿No cree que se está exagerando algo que no tiene la menor importancia?
Ministra.- ¡Jovencita! ¿No será usted “alternativa”, de esa izquierda “feng-shui” que come ecológico-orgánico?
AV.- Como buena milenial me gasto el dinero en lo que me gusta comer y que creo es mejor para mi salud; pero esa no es la cuestión, sino si no están cumpliendo una labor de ocultación de los problemas reales de salud de Españistán con la cortina de humo de Josep Pàmies y las medicinas alternativas y complementarias?
Ministra.- ¿Es usted conspiranoica? ¿Cree que tenemos reuniones secretas en los sótanos del Ministerio? ¿Es terraplanista? ¿Cree que el Sol da vueltas alrededor de la Tierra?
AV.- No hablo de conspiración sino de corrupción pero, de verdad, señora ministra, a la audiencia le interesa sus opiniones, no las mías. ¿No cree que es exagerada la importancia atribuida a Josep Pàmies y que da la impresión de que los medios de comunicación cargan en exceso y a diario contra las medicinas alternativas y complementarias?
Ministra.- A Josep Pàmies le han puesto multas ejemplares, la última de 600.000 euros, pero yo intentaría que lo metieran en la cárcel, a ver si allí deja de hacerse rico.
AV.- Por cierto, la salud en las cárceles en Españistán es cuestión muy descuidada, como demuestran los suicidios de presos, en alza.
Ministra.- Es un asunto complejo, intersectorial, que también implica a las Comunidades Autónomas. La salud mental…
AV.- [Cortando a la ministra] A propósito ¿cuándo se transferirá la sanidad penitenciaria a las Comunidades Autónomas, que lleva años de retraso?
Ministra.- Usted sabe bien que ésto ya está aprobado en el Congreso, pero quedan hilos…
AV.- [Cortando de nuevo a la ministra] Esos hilos, ¿no tienen que ver con los suicidios de presos? ¿No es urgente mejorar la atención sanitaria en prisiones, incluso respecto a medicamentos?
Ministra.- Es cuestión que está repasando mi Gabinete. Le prometo que nos preocupa, pero no sólo los suicidios en la cárcel sino en general en Españistán. De nuevo precisamos un abordaje intersectorial si queremos tener impacto y le prometo que nuestro Ministerio está en ello.
AV.- No lo dudo, señora ministra. Para acabar con la cuestión de las medicinas alternativas y complementarias, ¿qué piensa de la homeopatía?
Ministra.- Por favor, hable de pseudociencias. Este Ministerio tiene que cumplir con la legislación europea, pero no podemos soportar más la práctica de la homeopatía porque es una estafa. Hay que prohibir y perseguir la homeopatía. Se aprovechan de la inocencia de pacientes y familias que sufren y que van diciendo eso de “a mí me funciona”…
AV.- [Cortando a la ministra] Perdone, pero quienes más utilizan las medicinas alternativas y complementarias tienen estudios universitarios…y hay países europeos en los que se paga por lo público, que aquí es gasto privado…
Ministra.- Justo eso es indicador del bajo nivel de nuestras universidades, que hay que mejorar. También hay que cambiar la Ley de Autonomía del Paciente, no puede ser que se decidan barbaridades sin ciencia. Hay que actuar contra la homeopatía. ¡Si yo le contara de Suiza y su sistema sanitario que paga la homeopatía, que tengo experiencia personal…!
[Mirando a las cámaras directamente y cambiando el tono de conversación a solemnidad y recitación]
“Pueden estar seguros de que la homeopatía es un arma de destrucción masiva. Un cáncer que hay que extirpar cuanto antes”.
AV.- Es curioso que le parezca mal el “a mí me funciona” en la homeopatía; pero sobre Suiza considere importante su propia experiencia… Pero, sobre el cáncer, ¿piensa multar con 600.000 euros a José Baselga, el oncólogo catalán al que Roche le pagaba millones? ¿Cerrará su Instituto Oncológico en Barcelona, Valle de Hebrón y Baselga Quiron?
Ministra.- Esas son cosas de la medicina que funciona, no confunda, jovencita. ¿Usted quiere que la población rechace la quimioterapia?
AV.-Le insisto señora ministra, mis opiniones son irrelevantes, pero ya me gustaría que los medicamentos de la quimioterapia se emplearan menos alegremente y sin ocultar sus precios exorbitantes injustificados, efectos adversos y problemas de eficacia. Deduzco que sobre José Balsegas no tiene nada que añadir…
Ministra.- Me gustaría precisar que la Oncología española está en la avanzadilla mundial, con investigación constante. Si usted tuviera cáncer, dios no lo quiera, tendría una atención exquisita en lo científico y humano, los mejores medicamentos, la mayor empatía,…¡incluso podría entrar en algún ensayo clínico y ayudar en esa investigación constante de la Oncologia en Españistán…
AV.-[Cortando a la ministra] ¿Cree que los ensayos clínicos en Españistán equivalen a investigación, señora ministra? Españistán gasta poquísimo en investigación financiada públicamente, y los ensayos clínicos están casi todos financiados por las industrias y corporaciones privadas.
Ministra.- Veo que tiene usted sus propias ideas. Respecto a mí, este Ministerio apoyará y facilitará la realización de cuantos ensayos clínicos se nos presenten. Las industrias y corporaciones son fundamentales en una economía de mercado, como la nuestra. ¿Qué haríamos sin medicamentos? ¿y sin tecnología? ¿y sin alimentos? Nada. Por ello mantengo y mantendré relaciones fluidas con las industrias y corporaciones de medicamentos, tecnología médica y alimentación.
AV.-Me gustaría tener acceso a las actas de esas “relaciones fluidas”, pero sé que no existen, que estamos en Españistán. En lo concreto, al menos ¿exigirá a los médicos a que declaren a sus pacientes los ingresos que le reportan su captación para los ensayos clínicos?
Ministra.- Eso depende el Ministerio de Hacienda…
AV.-[Cortando bruscamente a la ministra] ¿Cómo?
Ministra.- Sí, que eso corresponde al Ministerio de Hacienda, como la declaración de los pagos por formación continuada, asistencia a congresos y otros. Mi Ministerio se encarga de la salud, no de esas transferencias de valores. Tampoco de ese acuerdo con Farmaindustria, de sostenibilidad del sector, que, por si me lo iba a preguntar, me parece bien; es justo que Farmaindustria vea recompensado su compromiso con la salud de Españistán. Como las sociedades científicas, que ¿qué harían sin Farmaindustria y sin las industrias de tecnología y alimentación? Este Ministerio hará todo lo que esté en su mano para que florezcan las industrias que tanto hacen por la salud de Españistán.
AV.-Es decir, ¿no promoverá ni la ética, ni la profesionalidad, ni evitará la corrupción de profesionales y de sus sociedades?
Ministra.- No confunda a la audiencia, eso lo ha dicho usted. Tenemos en Españistán el mejor sistema sanitario del mundo, con los mejores profesionales y por eso la mayor esperanza de vida del mundo.
AV.- Una ministra de Sanidad debería saber que la esperanza de vida no depende del sistema sanitario, que apenas responde del 10% de la salud. Pero hablando de impacto en salud, ¿qué piensa del resurgir del sarampión?
Ministra.- Gracias por su pregunta porque como le dije al principio la prevención es el eje que vertebra todas nuestras decisiones y las vacunas son fundamentales en prevención. Hay que luchar contra los anti-vacunas al igual que contra la homepatía y contra todas las pseudociencias. Estudiaremos si hacer obligatorias las vacunas. 
AV.- Ya. Yo me refería a los brotes de sarampión que se dan donde no hay anti-vacunas, como en Pamplona, con el 97% de cobertura vacunal, o en Sevilla donde hubo el mayor brote de sarampión de Españistán, que afectó básicamente a pobres y marginados, no anti-vacunas.
Ministra.- Como usted sabe, no hay medicamento perfecto. Y no se puede llegar a quienes no quieren ni vacunas ni sistema sanitario. Habría que mandar a la policía, para obligarlos.
AV.- ¿No le parece que es hora de que su Ministerio empiece a exigir que se mejoren las vacunas, del sarampión, de la difteria, de la tosferina y otras?
Ministra.- Mire usted, jovencita, la política es el arte de lo posible, y lo que es imposible no puede ser y además es imposible por definición. ¿Entendido?
AV.- Entendido. Mejorar las vacunas no es exigencia que pueda plantear el Ministerio que las compra con las Consejerías de Salud, lo que no deja de ser curioso. Por saber más ¿podría dar un nombre, alguien que le preocupe especialmente?
Ministra.- No.
AV.- ¿No?
Ministra.- No quiero hacer propaganda de nadie, que ya tiene suficiente audiencia.
AV.- ¿Se refiere a Francisco Salmerón?
Ministra.- No. Ese fue alto funcionario y se atrevió a criticar los cambios en el calendario de la vacuna de la varicela, y la política de la vacuna de la meningitis B. Lo pagó con dos años de ostracismo.
AV.- Conozco el caso. Ha sido una pena desperdiciar al científico funcionario que más sabía de vacunas de la Agencia Española de Medicamentos. Siento que se haya jubilado siendo “inutilizado” por quienes dictan la política al Ministerio.
Ministra.- ¡Jovencita, esa lengua! Pero no, el anti-vacunas más peligroso y al que no puedo nombrar sigue en activo por más que esté jubilado. En el Ministerio está prohibido nombrarlo, pero su actividad es tal que no paro de oír cómo lo critican. Siempre tengo que estarlo leyendo, siempre me pasan cosas suyas. Siempre con su pajarita…
AV.- [Cortando a la ministra] ¡Juan Gérvas!
Ministra.- ¡Usted lo ha dicho! Es terrible. ¡Menos mal que me consta que su fotografía la sacan como ejemplo de “anti-vacunas” en casi todas los seminarios, conferencias y cursos que organizan las sociedades científicas con las industrias. Así, al menos intentamos contrarrestar un poco el crédito que tiene entre el personal sanitario.
AV.- Tengo un grado en Filosofía, Política y Economía, y un máster en Lógica y Filosofía de la Ciencia, y le puedo asegurar que las publicaciones de Juan Gérvas son de un rigor científico exquisito, también respecto a vacunas.
Ministra.- ¿Usted es también anti-vacunas?
AV.- Por supuesto, no. Como Juan Gérvas quiero mejores vacunas, que es distinto. Pero, para terminar y siendo las dos mujeres ¿qué piensa de la violencia obstétrica?
Ministra.- Que no existe. Que utilizar ese término no es propio de científicos ni de médicos, ni de quien ame a Españistán. En Españistán no existe violencia obstétrica, eso vaya a buscarlo a Venezuela…
AV.- Gracias por su sinceridad y sencillez, señora ministra. Hemos cubierto las expectativas de la audiencia por lo que veo, dado el “share”y los comentarios en las Redes.
Ministra.- Gracias por darme oportunidad de dejar claro que este Ministerio se centra en la prevención y en parar las pseudociencias.
Síntesis
La realidad supera la ficción, de forma que este relato ficticio sólo descubre parte del sinsentido sanitario en Españistán. El Ministerio está en manos de las industrias y corporaciones, como gran parte de la representación de profesionales y de sus sociedades científicas.
Los pacientes son el combustible del sistema sanitario, como ya demostraron algunos sociólogos del Mayo del 68 en París.
Fuente: www.actasanitaria.com
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