¿Existe un estupendo negocio de la enfermedad que no toma en consideración el sufrimiento de los pacientes?
La doctora Nicole Delépine, responsable de la unidad de oncología pediátrica del Hospital Universitario Raymond Poincaré en Garches, practica con su equipo una oncología individualizada, y sin duda mejor tolerada y más eficiente.
Sus resultados hablan por sí mismos: más de un 90% de éxito en cánceres infantiles si la atención es inmediata, versus un 50% en otros lugares.
Sin embargo, el gobierno quiere cerrar su servicio… ¿Por qué?
A lo largo de los años, he conocido muy pocas personas a mi alrededor a quienes les haya tocado un premio importante en la lotería.
Sin embargo, conozco a muchas personas -cada vez más- que han sido “agraciadas” con lo que parece ser otro tipo de lotería bastante menos agradable.
Y es que, tal y como se concibe actualmente la salud desde la Medicina del Pensamiento Único, parece que la enfermedad fuese una especie de reparto aleatorio, una suerte de lotería macabra, que te toca sin tan siquiera haber comprado ninguna participación.
Por supuesto, no es así. Y tampoco es verdad que no exista más alternativa que la Medicina del Pensamiento Único.
Pero para acceder a otro tipo de conocimiento, hay que haber tenido algún vislumbre de la existencia del Gran Hermano, y de su habilidad para esconder, filtrar y ocultar del gran público todo lo que pueda atacar sus enormes propios intereses.
Para conseguirlo emplea una consigna que le funciona, y que. como en una antigua obra de teatro de Jorge Díaz, podría ser enunciada así:
Está estrictamente prohibido todo lo que no es obligatorio
Por eso, cuando me entero de un nuevo “agraciado” por esta infame lotería del cáncer, experimento una gran impotencia.
Desespera sentir que, en los momentos en los que la enfermedad ya está presente es prácticamente imposible hacer llegar a las personas el conocimiento de que existen alternativas reales a los carísimos y iatrogénicos tratamientos de la Medicina del Pensamiento Único impuesta por el Sistema.
Las mentes han sido tan bien adoctrinadas que, a excepción de las que, con anterioridad ya han empezado a pensar por su cuenta, es imposible conseguir que se abran a una información que podría salvar su vida.
De ahí la importancia de seguir informando y transmitiendo todo lo que los grandes medios de comunicación se empeñan en ocultar.
Este post y el siguiente de la serie Uniendo los Opuestos hablan sobre el negocio del cáncer, sobre la ocultación de tratamientos que funcionan, sobre héroes y sobre el papel que toda la sociedad puede y debe jugar para hacer que información vital pueda llegar al conocimiento de todos.
En esa labor, nosotros – los que vamos conociendo los métodos del Gran Hermano del Pensamiento Único-, podemos tener un papel clave. Todo depende de si nos decidimos o no a asumir nuestra responsabilidad.
Aunque los héroes de la historia sean franceses, y la historia suceda en Francia, los mismos procesos, ocultaciones y presiones hacia la implantación de un único pensamiento, están sucediendo en todo el planeta.
De ahí el interés de la historia, que voy a desglosar en dos posts, teniendo en cuenta la importancia del tema.
-
Uniendo los Opuestos (26.1) Cáncer, negocio mortal… ¿Somos cobayas?
-
Uniendo los Opuestos (26.2) Cáncer, negocio mortal… ¡No a la medicina del pensamiento único!
UNA HÉROE DE NUESTROS TIEMPOS:
NICOLE DELÉPINE
El presente post está dedicado a una entrevista que, al menos a mí, me ha resultado impactante. Porque no es igual saber determinadas cosas en abstracto, que conocer los detalles contados por sus protagonistas en el día a día.
Nicole Delépine, la entrevistada, es oncóloga pediatra, y luchadora infatigable por hacer la mejor oncología posible, es decir la que más porcentajes de curación obtiene y la menos agresiva. Pero, al parecer, eso no interesa a las administraciones ni a los gobiernos.
La doctora Delépine es también autora de varios libros en los que denuncia el estado actual de la medicina.
LA CARA OCULTA DE LA MEDICINA
-
Médicos que, tras 15 años de formación técnica, se encuentran maniatados y robotizados, sin capacidad de elegir qué protocolo aplicar, para tomar sus propias decisiones… (a menos que estén dispuestos a soportar todo tipo de amenazas, injurias y presiones).
-
Pacientes cobayas a los que se les impide el acceso a tratamientos eficaces.
-
Una Autoridad de la Salud totalitaria…
En fin, un negocio sucio, ajeno por completo al sufrimiento de los pacientes y sus familiares, y al de los propios médicos.
EL CÁNCER: UNA PLAGA RENTABLE
El totalitarismo en el tratamiento del cáncer
Lo que la doctora Delépine cuenta en la entrevista resulta muy revelador sobre lo que “se cuece” en el mundo de la oncología.
La valiente doctora Nicole Delépine, lleva muchos años tratando de revertir una deriva tremendamente peligrosa de la medicina: la que convierte a los médicos en auténticos robots sin ninguna libertad de elección.
Como consecuencia de la implantación acelerada del Pensamiento Único, tratamientos mucho más eficaces son prohibidos por las autoridades competentes, evitando que los pacientes puedan beneficiarse de ellos.
Por sorprendente que pueda resultar su testimonio, creo que no es porque lo que cuenta no sea compartido por muchos médicos.
Se trata más bien de que resistirse a la presión precisa de una madera de héroe, como comprenderá el que lea la entrevista.
ENTREVISTA A LA
DRA. NICOLE DELÉPINE:
«Los médicos se han convertido en comerciantes de médicamentos»
Oncóloga infantil en un hospital universitario, Nicole Delépine es también una médico comprometida que defiende con fuerza su libertad para tratar de otra forma, de manera humana, individualizada, y explorando nuevas vías terapéuticas.
En su nuevo libro La face cachée des médicaments (La cara oculta de los medicamentos) denuncia un sistema de salud sometido al ‘imperialismo del dinero’.
Entrevista con una resistente rebelde pero, sin embargo, optimista.
Para el profano de la medicina, su libro es una «bombita» y la toma de conciencia que provoca es muy dura… ¿Cuál era su objetivo al escribirlo?
Tal vez no arrojar una bomba… (risas). Pero el objetivo era informar a quienes no sabían. Puesto que en nuestro ámbito, nosotros sabemos lo que está pasando, y yo todavía me enfado mucho cuando todo el mundo parece caerse de las nubes – particularmente los periodistas en el caso del Mediator – como si fuera la revolución… Puesto que ya existía un precedente hace 10 años con las estatinas, y este tipo de asuntos se repite cada dos o tres años. Deduje que la gente no sabía porque todavía había una falta de explicaciones, y me dije que para explicar, iba a escribir un nuevo libro… Para informar, no para provocar pánico. Pero es cierto que cuando no eres consciente, los hechos pueden ser muy impactantes.
Los numerosos escándalos que usted lleva al conocimiento del lector son terribles. Es muy difícil admitir que colectivos que deberían estar dedicados al cuidado y bienestar de los pacientes hayan llegado a tales derivas… ¿Cómo lo explica como médico?
Los médicos, los farmacéuticos, las personas que están a cargo del campo de la salud no son de una calaña diferente… Son humanos como los otros. Hay derivas en política, en economía, ¿por qué no iba a haberlas en medicina? Por otro lado, en el campo de la medicina existe un riesgo adicional: se juega con la vida, la muerte, y muy rápidamente los médicos se toman por Dios. El peligro es que después de un tiempo, ya no tienen conciencia de estar en una deriva. Entre ellos, hay una minoría consciente y una mayoría que no lo es. Ellos se sienten todopoderosos y no se dan cuenta… El dinero y el poder son dos grandes tentaciones. Durante mucho tiempo, yo pensé que el poder era el problema pero al mirar más de cerca, particularmente después de la deriva del mercado acentuada desde los años 90, el dinero se ha convertido en todopoderoso. Los médicos están atrapados por el sistema. Algunos se han alejado tan completamente de los pacientes que no los ven… Son médicos como yo soy obispo! Después de un tiempo dejan de hacer pie en la realidad, ya no están en lo real.
Según usted, habría un abandono de la política y una connivencia con los lobbies farmacéuticos. También condena la omèrta* de los medios de comunicación «tradicionales» ¿Entonces, cómo perforar esta capa de silencio? (omèrta, ley del silencio, utilizada en la mafia)
Pues muy especialmente escribiendo libros… Varios libros de investigación deben salir pronto sobre el Mediator. Pero ya sabes, es muy difícil! Porque, cuando uno se encuentra con los políticos, senadores, diputados, te dicen: «Sí, sí… me doy cuenta. Por cierto, ceno esta noche con el Ministro”. Alrededor de la mesa, también esatarán el juez y el periodista… Ellos “viven juntos»… ¡Ya ves lo que quiero decir! Existe pues una connivencia, a veces inconsciente por otra parte. Cuando eres un político y has cenado la noche anterior con un doctor encargado de expedientes, un magistrado y un periodista, crees que estás informado… Algunos son sinceros. No todos son «grandes lobos perversos»! Otros son más informales o más cínicos y se desentienden del sufrimiento de los pacientes o de los padres de los pequeños pacientes…
He aquí, la historia de la gente del poder que se frecuentan y van a cenar a la ciudad… Lo grave, en esta historia, es que la práctica y la técnica están relegadas a un segundo lugar. En cuanto al paciente, ¡él ni siquiera existe! La relación de poder es un verdadero problema en la relación médico/paciente. En mi servicio, llamo a esto, de una forma humorística, «los dieciocho segundos”; leí en un libro que el tiempo promedio de un paciente hablando sin ser interrumpido por su oncólogo es de dieciocho segundos. Eso da una idea de la calidad de la escucha. Mis compañeros han hecho una broma y cuando hablan, dicen con una carcajada: «Tengo dieciocho segundos…». Es por esto que, en mi servicio, intento de verdad mejorar la escucha, incluso entre colegas.
¿Usted cree que hay que reconsiderar la formación de los médicos , o al menos, ciertos aspectosde su formación? ¿O de su práctica?
Creo que no es conveniente añadir demasiado, porque el problema esencial no está allí. Por el contrario, la formación post-universitaria está asegurada por los laboratorios; cursos de formación, congresos, reuniones se organizan en grandes hoteles con una buena comida… Esto podría ser resuelto rápidamente si se quisiera. Lo peor está en otra parte: es el médico pagado por el laboratorio que irá a hacer un curso sobre el medicamento… El profesor que da una clase magistral explicando que tal producto y tal tratamiento son lo mejor en tal tipo de enfermedad, y que, de hecho, está pagado bajo manga por los laboratorios, es el más peligroso. El estudiante perdido en el fondo de la facultad ignora los problemas financieros subyacentes. Es una forma de publicidad oculta de consecuencias graves, porque los estudiantes reciben la palabra del maestro, una palabra que tiene un peso y legitimidad. Ellos no la pondrán en cuestión a priori… Evidentemente, quienes enseñan en las facultades no deberían tener ningún vínculo con los laboratorios.
Que los docentes sean totalmente independientes…
Absolutamente! Que no reciban ni la sombra de un centavo ni el menor beneficio. No es sólo una cuestión de dinero. Allí usted gana reconocimiento internacional, publicaciones, invitaciones a congresos en los que tomará la palabra… A continuación usted podrá ser designado porque se habrá ganado una reputación, y así es como ascenderá en la jerarquía del hospital… Es un círculo vicioso.
Siendo la hija de uno de los fundadores de la Seguridad Social, usted podría quedarse en el molde y no sentirse concernida por todas estas cuestiones… ¿En su historia, qué es lo que ha hecho que usted haya elegido el camino de una cierta forma de resistencia, o incluso de disidencia?
No sé… Quizá soy un grano de arena en los engranajes del sistema. Es cierto que es también una forma de educación. En mi infancia, debatí mucho con mi padre… Papá no sólo fue uno de los fundadores de la Seguridad Social, también fue un resistente. Un resistente en todos los sentidos del término y en diferentes áreas. Tenía gran apertura de mente… Con él y con mamá, me crié en un ambiente de reflexión donde siempre había diálogo y debates sobre los problemas, buscando posibles soluciones. He aprendido a no aceptar nunca como evidente una palabra simplemente porque venía de arriba, de derecha o de izquierda, sino más bien en qué era o no justa. Y a partir de comprobar dónde no estaba bien, dónde la situación no era correcta o no era satisfactoria, hacer otra cosa…
¿Que hay en su trayectoria que le ha incitado a oponerse con tanta fuerza?
Incluso antes de la oncología, mi marido y yo estábamos haciendo cosas que no le gustaban a todo el mundo… En lo que respecta al cáncer, primero seguimos los protocolos de atención con el equipo de Georges Mathé y de Claude Jasmin en el hospital Paul Brousse e inscribíamos a los pacientes en ensayos terapéuticos de grupos de cooperación internacionales, tales como el ORTC, en particular para los tumores óseos. Y veíamos a nuestros pacientes a morir con toda su fuerza! … Nosotros cuidábamos a nuestros pacientes como quimioterapeutas, y viendo a nuestros enfermos morir, yo me dije que no podíamos dejar las cosas en el estado.
Comenzamos a consultar la literatura sobre el tema, a leer estudios, a mirar lo que se hacía en otros lugares. Descubrí que en Estados Unidos, Dr Gerald Rosen obtenía 80% de curaciones en 1982. Y yo sabía que los pacientes a los que incluía en los ensayos clínicos europeos tenían no más del 40% de posibilidades de supervivencia. Entonces, «hicimos de Rosen», ¡pero no por provocación! Somos médicos, nos enfrentábamos a un protocolo que funcionaba y a otro que no funcionaba… Nosotros elegimos el que obtenía los mejores resultados, en función de los avances de la ciencia y de las últimas publicaciones. Después, teniendo un protocolo que funcionaba, intentamos mejorarlo, concretamente con nuestro trabajo sobre la tasa de Methotrexate en sangre. Sin embargo, desde el día en el que «hicimos de Rosen», hemos curado nuestros osteosarcomas, ¡y ese fue el crimen de lesa-majestad!… Lo que nos valió atraer todas las iras posibles, las presiones, las amenazas…
Este episodio de su vida es, en efecto, increíble…
Me acusaron de ¡»hacer oncología clandestina»! Yo hubiera podido aceptar entrar en vereda y abandonar un protocolo que funcionaba, porque esto no gustaba, y ser nombrada profesora dos años después… Pero yo obtengo mucha más felicidad al ver curarse a mis pacientes, y practicando la medicina tal como decidí hacerlo, dando la máxima oportunidad a los pacientes en comparación con lo que era médicamente posible… Ya es suficientemente difícil ver morir a varios de ellos.
Verdaderamente, son los otros a los que yo no comprendo: ¿cómo llegar a hacer medicina sabiendo que existe un protocolo que da un 40% de oportunidades adicionales de supervivencia, y aceptar seguir ingresando a los pacientes en los ensayos terapéuticos sólo para complacer a su jefe? A decir verdad, me siento perfectamente «en el eje», normal… Tengo más bien la impresión de que son los que lo hacen de la otra manera quienes no lo están! A veces me han dicho: «¡Eres demasiado adelantada!», a lo que yo respondo: «No, sería todo lo contrario: yo hago la medicina según el juramento hipocrático… Y punto».
También hemos tenido la oportunidad de rodearnos de un pequeño buen equipo de personas que han escogido venir a trabajar con nosotros, lo cual nos ha permitido resistir todos los ataques, todas las difamaciones, todos los horrores y las amenazas de cierre. Pero es cierto que esto fue duro… Sí, nosotros habíamos sido disidentes… ¡pero no lo habíamos hecho a propósito!
En mi segundo libro «Mi libertad de tratar. Por la medicina, contra el pensamiento único», explico nuestro recorrido, especialmente el de mi marido, que, al no querer amputar a los pacientes buscaba métodos de cirugía conservadora.
Fue injuriado y, en 1983, ante el Consejo de la Universidad, por negarse a amputar a una chica de Lyon, a pesar de las órdenes reiteradas de un gran profesor de esta ciudad.
25 años después, ella sigue ahí, curada, con su pierna… Posteriormente vinieron a añadirse las asociaciones de pacientes. Nos encontramos «entre marginales”… En realidad, estamos entre personas que en algún momento se han negado a aceptar el sistema del Pensamiento Único para aumentar las posibilidades de recuperación de los pacientes.
¿Existen en Francia otros servicios como el suyo, que acojan pacientes desde la perspectiva del cuidado más humano, con tratamientos individualizados?
No… En oncología pediátrica, creo que somos los únicos sobrevivientes. Por supuesto, ha habido otros servicios como el nuestro en 30 años, pero han cerrado uno tras otro. Las posibilidades de tratar a los pacientes fuera de los servicios universitarios han desaparecido. Una circular de 2004, relativa a la organización de oncología pediátrica en Francia impone, de hecho, el monopolio. Nuestro servicio es la excepción que confirma la regla y, sobre todo, una especie de ‘termómetro’… Provocó tal movilización de pacientes y tal lucha por su supervivencia en 2004, que el entonces Ministro de la Salud, Philippe Douste-Blazy decidió que este servicio debía continuar existiendo. Nos trasladaron a un bonito edificio que forma parte del hospital de Garches. Han hecho esfuerzos, solamente aparentes, porque, en realidad estamos “escondidos”… Nunca damos la bienvenida a los pacientes de primera mano: si se consulta la lista de establecimientos de oncología pediátrica, no estamos registrados. Los otros servicios no están informados de que el nuestro está bien etiquetado y cuando un paciente pide ser admitido aquí, significa decir que «es perjudicial ir allá…» ¡La difamación persiste!
¿Qué opina del «Plan Cáncer»?
La oncología adulta ofrece más posibilidades de elección porque hay más servicios y por lo tanto más diversidad. Pero una vez más, la libertad de cuidados se reduce a toda velocidad. Según una circular del 2005-2006, es preciso estar acreditado y, en el marco del Plan de Cáncer, seguir las estrictas recomendaciones de la Alta Autoridad de la Salud. ¡Este es el régimen soviético durante lo peor del comunismo! El práctico ya no es libre de prescribir sus protocolos, debe aplicar los que su ordenador le proporciona – los ensayos terapéuticos en curso. No se trata de un ejercicio médico individualizado, reflexionado por el médico en fase directa con su paciente… Es una medicina robotizada. Obviamente, él puede escoger resistir. Pero resistir es, a menudo, renunciar y estar listo para ir a plantar coles en otros lugares!
Estamos actualmente en un desastre de salud importante con respecto al cáncer, porque la libertad de prescripción se reduce considerablemente. También hay otra aberración: la cuestión de las normas, muy estrictas en la medicina. Decididas por personas sin ninguna relación directa con los pacientes, cambia cada año, son a menudo falsas: dos años después, se demuestran equivocadas, mientras que han sido utilizadas casi como leyes y creado jurisprudencia. Se ha convertido en un verdadero problema porque ¡fuimos demasiado lejos en el delirio! Lo que inicialmente fueron recomendaciones, quiere ser dictado como leyes. El Plan del Cáncer consiste precisamente en protocolos impuestos, y si tú no ordenas los tratamientos ‘buenos’, eres un médico ‘malo’.
¿Qué será de la supervivencia y el futuro de su servicio, partiendo del hecho de que parece estar inscrito en un proceso de muerte lenta?
Así es, efectivamente… Yo tenía que retirarme en julio de 2011, pero no he querido hasta no saber qué iba a ser de mi servicio y especialmente de nuestros pacientes. Como este servicio está clasificado de «marginal», nadie había sido designado porque la dirección consideraba que ningún miembro de mi equipo tenía el «perfil adecuado» para hacerse cargo de la dirección del servicio. Lo que es complicado aquí no es el hecho de tratar a los pacientes sino resistir!… Particularmente a las amenazas de cierre.
En enero, pedí una prórroga que, curiosamente, me fue autorizada. Ya había habido movilización con la ley HSPT, y creo que no querían terminar con una pelea más entre manos. La estrategia era «dejar que se pudra»… Sólo se esperaba que yo decidera retirarme.
Y entonces, la dirección me dijo que si yo quería que el servicio sobreviviera, tenía que encontrar un sucesor “nominable”. ¡Todo a la espera de que yo no lo encontrara! Pero lo encontré 
en la persona de Laurent Schwartz, un oncólogo algo marginado él también tras la publicación de su libro «Metástasis: verdades sobre el cáncer”. De nuevo con él, reflexionamos sobre nuevos tratamientos.
¿Qué consejos daría a las personas que se enfrentan a la prueba de una enfermedad grave?
Hace cuarenta años, hubiera respondido: «¡confia en los médicos!» Ahora, debemos estar muy atentos. Cuando un médico te prescribe un tratamiento o te da un medicamento, debes preguntar por qué te ofrece ése en lugar de otro… Especialmente, con respecto a nuevos medicamentos.
¿Conoce suficientemente los efectos secundarios? ¿Está lo suficientemente informado? Creo que es absolutamente necesario interrogarr a los médicos y ser activos. Si permanecemos pasivos… ¡estamos perdidos!
En nuestro servicio, yo lo veo bien, tenemos mucha suerte. Los pacientes que tenemos son personas inteligentes que han pensado y no se han mantenido «en el molde», aceptando «que no hay nada más que hacer “… Es necesario que la gente luche, que busque, que lean estudios, dos o tres artículos, que aprenden. Todo el mundo puede encontrar alrededor fuentes de información: Internet, un amigo o un médico de confianza, personas que hayan hecho estudios o investigaciones sobre el tema, para ayudar a resolver. Se pide al paciente que sea actor de su tratamiento, no debe ser «el gogo que acepta todo”. No debe dudar en discutir, para entender.
En el contexto de los ensayos terapéuticos por ejemplo, es preciso que el consentimiento informado no sea una gran patraña… Debe darse una información veraz. No en diez minutos. El paciente debe ser informado de los riesgos y los efectos secundarios, y el médico no debe esconderse detrás de la excusa de que «no hay nada más que hacer» y que «todo el mundo se comporta parecido en Francia o en Europa». Este tipo de discurso es el del monopolio y el pensamiento único que los poderosos quieren imponer en la medicina. A menudo, cuando los padres de los pequeños pacientes me agradecen porque su hijo ha salido de apuros, les digo que ellos son los que han salvado a su hijo… ¡Yo no! Ellos son los que reaccionaron y fueron a buscar lo que se hacía en otros lugares. Ellos son los que primero han salvado a sus hijos. Nosotros les hemos dado herramientas…
En su libro, usted demuestra el peso financiero aplastante de las firmas farmacéuticas. A pesar de este considerable poder económico, ¿cree que hay una esperanza real para la medicina del futuro? ¿Que las cosas pueden cambiar?
Soy bastante optimista… De lo contrario, no estaría en la oncología! Sí, creo que hay esperanza. La gente terminará por tomar los asuntos en sus propias manos. Podemos sentir que las cosas se están moviendo… El imperialismo del dinero, el «todo por la pasta» de nuestro pequeño oeste inevitablemente va a explotar. Hay muchos médicos que desean ejercer su profesión honestamente, limpiamente, pero no se les dan los medios. No son ellos quienes tienen el poder real. Por desgracia, hay una pequeña proporción de personas que detentan el poder económico y político y que imponen a los otros sus decisiones y sus formas de hacer las cosas.
Para terminar con ese discurso asfixiante sería suficiente con un 10 a un 15% de los que toman decisiones, y permitir a los médicos tratar y prescribir desde su alma y su conciencia. Se debe dejar de multiplicar todas estas instancias, eliminar las 20.000 agencias, etc… Hacemos quince años de estudios para tener que escuchar: «Aplique lo que se le dice desde arriba”. ¡No hay necesidad de quince años de medicina para eso!… Basta un ordenador en buen estado para decirnos lo que debemos hacer!
En realidad nuestros instructores se han convertido en máquinas expendedoras de medicamentos, pero eso se puede frenar si hay voluntad suficiente para poner fin a esto. Se podría también intentar designar personas sobre criterios más inteligentes que por el número de publicaciones que han realizado… Cambiar los criterios de designación para volver a la clínica. En pocos años serían nombradas personas que fueran médicos y no comerciantes. Todo esto es solucionable. Esta evolución seguirá a la de la sociedad. Es suficiente hacer saltar el tapón del pensamiento único, que bloquea nuestras sociedades y también impide a los científicos trabajar libremente.
Entrevista realizada por Frédérique Ahondt
Fuente: Neosanté
Traducción: Sagrario Arana, para loquepodemoshacer.wordpress.com
(*) « La face cachée des médicaments », Nicole Delépine, Editions
Michalon. (2011) Du même auteur chez le même éditeur : « Ma liberté de soigner : pour la médecine, contre la pensée unique ». (2006)
¿Y si la realidad fuera solamente un reflejo?
¿Y si se pudiera cambiar completamente de perspectiva?
¿Y si la realidad solo fuera una suma de percepciones?
¿Y si la realidad no fuera como la has imaginado?
¿Y si la realidad sólo existiera en tu mente? **
[…] Seguir leyendo en : Lo que podemos hacer […]
El Prof Eguiazu el fundador de la technopathogenology vivio una situacion analoga en el centro de la region productora de soja en Argentina.Fue nuestro profesor de Tecnogenia Ambiental
Hola Luis,
Gracias por tu comentario. Si te animas a dar algún detalle más, estará muy bien, ya que solo conseguiremos que estas cosas no sigan siendo posibles en la que medida en que vayan siendo del conocimiento público. Cuanta más gente lo sepa, mejor.
Un saludo,
El Prof Guillermo Miguel Eguiazu descubrio la Aflatoxina en el año 1975 en el maiz tipo Plata en el centro de lo que se denomina Pampa Humeda. Como deseaba lograr un metodo de profilaxis se translado a un Centro de Investigaciones en Nutricion en Alemania. Alli produjo una original tesis doctoral sobre la profilaxis del contaminante y lo mismo una tecnica de deteccion. En el año 1983 volvio a la Argentina y fue el primer Dr en ciencias agrarias .Fundo un instituto en la Universidad para detectar y prevenir estos estos problemas ligados a la tecnologia agraria y a tecnologia en general. En el año 1987 demostro que la mitad d elos plagucidas que se usarian masivamente en la region era de alto riesgo al serhumano ( carcinogeno, motageno teratogeno o producia daño fetal). Era ademas de profesor en la Universidad investigador del CONICET que es como el CSIC en España. Fue ignorado y perseguido hasta que luego de una publicacion y conferencia publica donde manifestaba didas cientificas sobre los transgenicos en 1999 que publico en 2001 su instituto fue cerrado con violencia en 2002.En 1984 se manifesto a favor de la agricultura organica.
Si te interesa Atreyu alguna publicacion te puedo emviar su version electronica(por supuesto gratuita). Eguiazu fue el fundador de la technopathogenology
Muchas gracias, Alfredo, por tu información.
Podría ser bueno dejar aquí mismo un enlace a la publicación del profesor Eguiazu a la que aludes, para que pueda ser conocida por cualquier persona interesada.
Hola Altreyu
Si quieres me puedes enviar tu correo electronico al mio y te envio las publicaciones de Eguiazu que obran en version electronica en mis manos
Gracias
Tu puedes hacer con ellas lo que te parezca
Hola Altreyu
Si quieres la publicaciones de Eguiazu mándame por favor un email de contacto al mío:
arocenaalfredo@yahoo.com
No están en la Web mediante vínculos y sería más fácil enviártelas directamente
Gracias por tu interés
Alfredo
Hola Alfredo,
Te he mandado un mensaje a tu correo desde el mío, me ha llegado devuelto, como un mensaje de error, con el siguiente texto
Remote host said:
554 delivery error: dd This user doesn’t have a yahoo.com account (arocenaalfredo@yahoo.com) [-5] – mta1146.mail.bf1.yahoo.com
No sé cuál será el problema. Si se te ocurre, dímelo
Un saludo, y gracias por tu ofrecimiento
Alfredo,
Hoy de nuevo he intentado responderte desde otra dirección de correo y otro ordenador, y de nuevo me ha dado fallo.
No tengo manera de poder comunicar contigo por esa vía, ya lo siento.
Lo intentaré por tercera vez desde otro acceso distinto, pero parece que no interesa que esa información se difunda…
Un saludo!
Hola Altreyu, mi correo es el mismo arocenaalfredo@yahoo.com y no está bloqueado ni nada. Pero si te es más cómodo te ruego me envíes un correo cualquiera y yo te envío los trabajos. Si no puedes contactarte al mío si estás de acuerdo lo intentaré hacia el correo que me indiques.
Gracias por tu interés
Hola Alfredo,
Si tu correo no está bloqueado, entonces será el mío el que lo esté… La cuestión es que algo pasa, en concreto contigo, porque acabo de intentar contestarte desde otra dirección y me ha vuelto a devolver el mensaje.
En fin, me puedes escribir a la siguiente dirección accionvitoria@yahoo.es
¡A ver si hay suerte esta vez! Un saludo,
Alfredo,
Te confirmo que me ha llegado tu mensaje y que te he contestado desde mi correo acusando recibo. Por si acaso no te llegara, te dejo esta confirmación también aquí.
[…] · Uniendo los Opuestos (26.1) Cáncer, negocio mortal… ¿Somos cobayas? […]